Tratenla bien. un Saludo a todos.
Por fin me atreví a llamar a la voz de mi destino, temeroso, sin sueños y sin opciones, marque uno a uno los diez números que solo le confieren a ella. El instante de espera duro poco, al escuchar esa voz, mi mente hizo cortó circuito, ella ya no existía en mi vida. Me helo el alma. Busque en la memoria el rostro que hacia par con la voz. La imagen que mi mente veía no coincidía con la de la persona a quien llame. El corazón se detuvo por un instante, el cerebro lo forzó a seguir trabajando, pero aún así no coincidía el rostro con la voz. Despegue el celular de mi oído, mire el nombre de la persona que se iluminaba en la pantalla y coincidía a quien según yo llamaba. Mi corazón se negó a aceptarlo, el recordaba a alguien más. Pero el cerebro fue más fuerte y me ordeno contestar, perturbada y menos emocionado que antes, conteste y lleve una conversación corta con ella, que no sabe nada de mi desazón. Me pregunto si es cierto que dios manda señales así. Pero me hizo dudar de la cura de esa enfermedad.
Ella era un amor pasado, pero su voz era la misma, el rostro diferente; que pasa por que no pude olvidar su voz, si la amo o no ya no importa. Ahora debo seguir mi camino olvidarla, matar ese recuerdo con veneno de olvido. Y conquistar a la verdadera dueña de esta voz. Solo espero que este corazón errante, herido y sin esperanza, tenga el valor y la fuerza para conquistar su amor.
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Por fin me atreví a llamar a la voz de mi destino, temeroso, sin sueños y sin opciones, marque uno a uno los diez números que solo le confieren a ella. El instante de espera duro poco, al escuchar esa voz, mi mente hizo cortó circuito, ella ya no existía en mi vida. Me helo el alma. Busque en la memoria el rostro que hacia par con la voz. La imagen que mi mente veía no coincidía con la de la persona a quien llame. El corazón se detuvo por un instante, el cerebro lo forzó a seguir trabajando, pero aún así no coincidía el rostro con la voz. Despegue el celular de mi oído, mire el nombre de la persona que se iluminaba en la pantalla y coincidía a quien según yo llamaba. Mi corazón se negó a aceptarlo, el recordaba a alguien más. Pero el cerebro fue más fuerte y me ordeno contestar, perturbada y menos emocionado que antes, conteste y lleve una conversación corta con ella, que no sabe nada de mi desazón. Me pregunto si es cierto que dios manda señales así. Pero me hizo dudar de la cura de esa enfermedad.
Ella era un amor pasado, pero su voz era la misma, el rostro diferente; que pasa por que no pude olvidar su voz, si la amo o no ya no importa. Ahora debo seguir mi camino olvidarla, matar ese recuerdo con veneno de olvido. Y conquistar a la verdadera dueña de esta voz. Solo espero que este corazón errante, herido y sin esperanza, tenga el valor y la fuerza para conquistar su amor.
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